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domingo, 10 de abril de 2016

Los Mejores Desnudos Femeninos De La Historia Del Arte



Este trabajo recopilatorio está dedicado a los mejores desnudos femeninos de la historia del arte. He tratado de abastecerme de diferentes fuentes para realizar esta presentación, que a buen seguro faltarán muchas obras.

De Botticelli a Juergen Teller, los ejemplos más revolucionarios del campo de batalla definitivo del arte: el cuerpo de una mujer



Tiziano - Venus recreándose con el Amor y la Música o Venus con organista y Cupido, h. 1555, óleo sobre lienzo, 150,2 x 218,2 cm. Museo del Prado.

Desde la Venus paleolítica hasta Miley Cyrus, el cuerpo de la mujer viene siendo utilizado como un gran campo de batalla cultural. En la representación del desnudo femenino se juega la partida sobre lo permitido y lo prohibido, lo deseable y lo abominable, el poder, la culpa, lo divino o la libertad. “En el arte occidental el principal protagonista nunca aparece en el cuadro. Ese protagonista es el espectador de la pintura, es un hombre y todo va dirigido a él. En función suya las figuras han asumido su desnudez”, nos recuerda John Berger en su ensayo Modos de ver.


Ya sea en la deslumbrante Venus de Urbino, pasando por la sensualidad de la Odalisca de Ingres, la franqueza de la Olympia de Manet, o los contraataques de las Guerrilla Girls, el desnudo femenino ha inspirado, embelesado y enrabietado según con quién se encontrara en frente. En Icon te proponemos 10 ejemplos de este juego de definiciones y redefiniciones.


Francisco de Goya – La maja desnuda (1795 y 1800)




Con la maja de Goya pasó algo muy parecido a que le pasa ahora a la industria musical con el twerking. Se llamaban majas a las mujeres de las clases populares madrileñas que en el siglo XVIII alardeaban de una cierta libertad de costumbres y que además se movían y hablaban con un particular desparpajo y chulería. Este estereotipo se puso de moda entre las mujeres de la clase alta madrileña que también quisieron ser, o más bien jugar a ser, majas. Tanto que algunos piensan que Goya representó desnuda a una mujer disfrazada. Quizá la duquesa de Alba o quizá la amante de Godoy, que fue quién compró el cuadro.

Pablo Picasso – Desnudo, hojas verdes y busto (1932)



Picasso representa a su amante, Marie-Thérèse Walter, como una nube violácea. Como una constelación de curvas encerrada en este cuadro estático: como parte de la naturaleza. Más aún, es reducida al estatus de un objeto más en el escenario de una naturaleza muerta. Un objeto para el disfrute del hombre, del artista. Picasso, el bestial minotauro, puso su propia sexualidad en cada uno de los pigmentos de este cuadro.

Hannah Wilke – S.O.S. Starification Object Series (Back) (1974)

Wilke se exhibe a sí misma hecha un “objeto estrellificado”, un cuerpo marcado por el estigma del voyerismo. Bajo su piel parecen brotar pequeñas y oníricas vaginas, como una reacción alérgica a la mirada de los demás. Esta perspectiva feminista da la vuelta a la tradición antigua del desnudo en el arte como una suerte de embudo invertido, un desde-adentro-para-fuera que expulsa el dolor que produce sentirse permanentemente observada.

Manet – L'Olympia (1863)




Cuando esta obra se empezó a exponer en su época, tuvieron que instalar dos guardias jurados a cada lado para protegerla y evitar que fuera asaltada. Manet pintó a una prostituta según él las veía en las postales pornográficas que hacían publicidad de los burdeles franceses a mitad del siglo XIX. La academia le reprochaba lo mismo que hacia años, cuando el Almuerzo campestre: ignorancia de la técnica y vulgaridad inconcebible. Esta Venus naturalista y de vientre amarillo no representa el cuerpo clásico, su mirada es fría yprovocadora. Está esperando a su cliente y durante la espera muestra su cuerpo, henchida, orgullosa.


Tiziano – Venus de Urbino (1536-38)



Tiziano es para muchos el gran maestro del desnudo femenino. Su deslumbrante Venus es una amante alejada ya del ideal neoplatónico y virginal. Toda su belleza permanece aún recostada de un modo dulce pero su mirada cómplice y vanidosa se dirige al espectador, que la observa en su lujosa y elegante habitación veneciana. Probablemente las mismas instancias del matrimonio de aristócratas a quién se regalaban este tipo de cuadros para que ayudaran a nacer a criaturas sanas, bellas y fuertes.

Juergen Teller – Vivienne Westwood (2013)

El alemán Juergen Teller fotografió en 2009 a Vivienne Westwood desnuda sobre un sofá tapizado al estilo Versalles y unos cojines satinados naranjas. La diseñadora tenía 68 años. Y los suyos fueron, según el crítico Alastair Sooke, “los desnudos más creativos e ingeniosos que se han creado en años”.

Praxíteles – Venus Capitolina (copia de la original del s. IV a.C.)



Venus Capitolina (s. II-I aC). Mus. Capitolinos, Roma Copia helenística de un original del 300 a.C. aprox. Este tipo es conocido como Afrodita púdica.


Praxíteles creó las primeras figuras femeninas desnudas a tamaño natural. En una de sus muchas obras maestras, que se conservan a través de copias romanas posteriores, retrata a la diosa Venus desnuda en una postura que los antiguos griegos consideraban profundamente provocativa. Tanto que más de un griego, envalentonado después de las fiestas dionisiacas, intentó copular con la estatua.

En esta versión alternativa, Praxiteles le da a la Venus una postura más decorosa. Aún desnuda, se intenta tapar pudorosamente, en una llamada de atención ante la sexualidad y sus peligros.

Botticelli – El nacimiento de Venus (1484)




Botticelli recuperó a la diosa del amor en el primer Renacimiento, retratándola de un modo refinado y armonioso a la manera de las primeras figuras de Praxiteles. No quería excitar, no apelaba a la sensualidad moderna, sino a la sabiduría antigua. Según Platón y sus seguidores, la contemplación de la belleza física puede transportar a la mente hacia la verdad divina. Lo bello y lo bueno. La Venus de Botticelli no es un objeto sexual. Es una maestra de la iluminación espiritual. La suya es una belleza que cura al mundo.

Velázquez – La Venus de espejo (1647-51)



En 1914 una sufragista británica acuchilló con saña este lienzo de Velazquez al considerarlo otra muestra del sometimiento de la mujer en el arte. Pero aquí no se trata ya de un modelo arquetípico de belleza. Estamos en el Barroco y Velázquez va más allá de la representación mitológica. Se deforman los cánones de hermosura, fealdad, gracia o torpeza. Esta Venus está de espaldas y se mira en un espejo que refleja una imagen desproporcionada, difumina la silueta de su rostro y lo reduce a unas cuantas manchas.

Ingres – La gran odalisca (1814)



Tan insinuante desnudo está dedicado a los ojos de un sultán imaginario. El perfume de fantasía orientalista se lanza sobre el espectador iniciando el gusto del Romanticismo por los placeres sensuales y exóticos. Ingres hace su Odalisca de una voluptuosidad casi surrealista, de pronunciado escorzo y con la luz dorada de un idealizado harén.

Guerrilla Girls – Do women have to be naked to get into the Met Museum? (1989)



Las Guerrilla Girls colocan una cabeza de mono a uno de los mayores ejemplos de cosificación femenina en el arte, la Odalisca de Ingres, ¿Tienen que estar las mujeres desnudas para entrar al Metropolitan Museum de Nueva York?, se preguntaba este colectivo feminista en los años ochentena aludiendo a que menos del 5% de los artistas contemporáneos en ese museo son mujeres, mientras que el 85% de los desnudos son femeninos.


Egon Schiele – Desnudo femenino (1910)



Schiele estaba obsesionado por el cuerpo desnudo y lo dibujó hasta la saciedad y desde todos los ángulos posibles. Mientras que las mujeres de su mentor, Gustav Klimt, son atractivas aún hoy en día –elegantes, jóvenes sanas y sensuales– las de su pupilo son cuerpos dislocados y contraídos, figuras casi enfermizas. Era la Viena de principios del siglo XX, Freud acababa de subir la persiana de subconsciente y los artistas modernos buceaban por las cavidades del hombre. Schiele arremete contra el pudor burgués, afronta directamente la sexualidad pintando el vello púbico y explora todas las posibilidades de la expresión corporal, más allá del canon clásico de belleza.

Afrodita (en griego antiguo Ἀφροδίτη) es, en la mitología griega, la diosa del amor, la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción. Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar que normalmente no era el amor en el sentido religioso o romántico, sino específicamente Eros (atracción física o sexual). Su equivalente romana es la diosa Venus.

Venus se convirtió en un tema popular en la pintura y escultura del Renacimiento europeo. Como una figura «clásica» cuyo estado natural era la desnudez, era socialmente aceptable representarla sin ropas. Como la diosa de la salud sexual, estaba justificado cierto grado de belleza erótica en sus retratos, que resultaba atractivo para muchos artistas y sus mecenas. Con el tiempo, «venus» llegó a aludir a cualquier representación artística de una mujer desnuda en el arte posclásico, incluso si no había indicios de que se tratase de la diosa.

Tiziano - Venus recreándose en la Música. Hacia 1550. Óleo sobre lienzo, 138 x 222,4 cm. Museo del Prado.



Tiziano - Dánae recibiendo la lluvia de oro, h. 1560-65. Óleo sobre lienzo, 129,8 x 181,2 cm. Museo del Prado.



Tiziano - Venus y Adonis, 1554. Oleo sobre lienzo, 186 x 207 cm. Madrid, Museo del Prado.



Tiziano - Amor sacro y amor profano, h. 1515-16. Óleo sobre lienzo. 118 × 279 cm. Galería Borghese, Roma



Verones - Venus y Adonis, 1580. Óleo sobre lienzo, 162 × 191 cm. Museo del Prado.

Botticelli - Venus y Marte. 1483. Temple y óleo sobre tabla, 69 × 173 cm. National Gallery, Londres



Rafael - Las tres gracias, dibujo




Rafael - Las tres gracias, 1504-05. Óleo sobre tabla, 17 × 17 cm. Museo Condé, Chantilly. Francia.





Tintoretto - Susana y los viejos, 1555-56, óleo sobre lienzo, 147 × 194 cm. Museo de Historia del Arte, Viena. Austria





Tintoretto - Venus, Vulcano y Marte, h. 1555. Alte Pinakothek, Múnich.




Tintoretto - José y la mujer de Putifar, 1555. Óleo sobre lienzo, 54 × 117 cm. Museo del Prado.




Tintoretto - Dánae, 1570. Museo de Bellas Artes de Lyon.







Botticelli - La primavera, 1477-78. Temple sobre tabla, 203 × 314 cm. Galería Uffizi, Florencia.












Correggio (Antonio Allegri) - Venus y Amor descubiertos por un sátiro, h. 1524-1525. Óleo sobre lienzo, 188 × 125 cm. Museo del Louvre, París












Correggio (Antonio Allegri) - La escuela del amor, o Venus, Mercurio y Amor, h. 1525, lienzo, 155 × 92 cm, National Gallery de Londres.












Giorgione (Giorgio Barbarelli da Castelfranco) - El sueño de Venus o Venus dormida, h. 1507-10. Óleo sobre lienzo, 108,5 × 175 cm. Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde. Alemania









Bronzino - Alegoría del triunfo de Venus Angelo, h. 1540-50. Óleo sobre tabla, 116 × 146 cm. National Gallery, Londres.




Rubens - Las tres Gracias, 1636-1639. Óleo sobre tabla, 221 × 181 cm. Museo del Prado




Rubens - Minerva protege a Pax de Marte o Alegoría de la Paz y la Guerra, 1629. National Gallery de Londres.



Rubens - La muerte de Adonis, h. 1614. The Israel Museum, Jerusalem. Israel




Rubens - Rapto de las hijas de Leucipo, 1616. Óleo sobre tabla, 222 × 209 cm. Alte Pinakothek, Múnich



Rubens - El juicio de Paris, 1639, óleo sobre lienzo, 199 × 379 cm. Museo del Prado.





Rubens - El nacimiento de la Vía Láctea, 1636. Óleo sobre lienzo, 181 × 244 cm. Museo del Prado.




Rubens - El desembarco de María de Médicis en el puerto de Marsella, 1621-25. Óleo sobre tela, 394 × 295 cm. Museo del Louvre, Paris.





Joachem Wtewael - Venus y Marte sorprendidos por Vulcano, 1601. Pintura sobre cobre, 21 × 15,5 cm. Mauritshuis, La Haya. Países Bajos




Gerard David - Marte desarmado por Venus y las Grcias, 1824. Óleo sobre tabla, 308 × 265 cm. Museos reales de Bellas Artes de Bélgica, Bruselas.




Bouguereau - Nacimiento de Venus, 1879. Pintura al óleo, 300 × 218 cm. Museo de Orsay, París.




Bouguereau - Biblis, 1884, óleo sobre lienzo, 79 x 48 cm. Private Collection.



Reynolds Joshua - Cupido desatando el lazo de Venus, 1788. Óleo sobre lienzo, 127,5 × 101 cm. Museo del Hermitage, San Petersburgo.




Edward Poynter - At Low Tide, 1914.




Edward Poynter - Diadumene, 1884.




Edward Poynter - Cave of the Storm Nymphs (Gruta de las ninfas de la tempestad), 1903, óleo sobre lienzo, 145.9 x 110.4 cm. Colecciçon privada. Obra de Edward Poynter




Edward Poynter - Andrómeda, 1869. Óleo sobre lienzo, 49.53 × 33. Colección privada (colección de Pérez Simón)




Alexandre Cabanel - El nacimiento de Venus, 1863. Pintura al óleo, 225 × 130 cm. Museo de Orsay, París.



Paul Baudry - La perla y la ola, 1862. Museo del Prado.




Courbet - El origen del mundo (L'origine du monde). 1866. Óleo sobre lienzo. 46 x 55 cm. Museo d'Orsay de París.




Courbet - El sueño (en francés, Le Sommeil), 1866, óleo sobre lienzo, 135 x 200 cm de ancho. Museo del Petit-Palais, de París, Francia. También la obra es conocida como Las durmientes, o Pereza y lujuria o Las amigas.



Courbet - Mujer con un loro (Woman with a Parrot), 1866. Metropolitan Museum of Art. New York.



Courbet - Sleeping Nude (1858).



William Etty - Musidora: The Bather 'At the Doubtful Breeze Alarmed' (1843, esta versión pintada 1844, exhibió 1846).



William Etty - Venus de Urbino. Copia de 1823 de Etty de Venus de Urbino de Tiziano fue considerado entre los mejores ejemplares del que jamás se ha hecho la pintura. Etty estaba particularmente contento con este trabajo y rechazó todas las ofertas, teniendo en su estudio hasta su muerte.



William Etty - The Sirens and Ulysses (1837, restored 2010)



William Etty - Venus and her Satellites (1835)



Modigliani - Desnudo recostado, 1919, Museum of Modern Art, Nueva York.



Modigliani - Nude on a Blue Cushion (1917).




Renoir - Las grandes bañistas. 1884-87. Óleo sobre lienzo, 115 × 170 cm. Museo de Arte de Filadelfia. USA.



Joaquín Sorolla - Desnudo de mujer de 1902, pintado durante su etapa de culminación.




Joaquín Sorolla - Bacante en reposo, óleo sobre lienzo 30x 69,5 cm. Museo de Bellas Artes, Valencia



Julio Romero de Torres - La nieta de la Trini. 1929. Óleo sobre lienzo, 113 x 177 cm. Museo Julio Romero de Torres, Córdoba.



Julio Romero de Torres - El pecado. 1913. Óleo sobre lienzo, 185 x 202 cm. Museo Reina Sofía, Madrid.



Julio Romero de Torres - La Venus de la poesía, 1913. Óleo sobre lienzo, 93,2 × 154 cm. Museo de Bellas Artes de Bilbao.






Le tre Grazie - copia romana antica di un originale ellenistico (IV-II secolo a.C.). Siena, Duomo, Libreria Piccolomini.



Anónimo - Venus Esquilina. Mármol, c. 50 d. C. (Museos Capitolinos, Roma).



Laurent Delvaux - Byblis and Caunus, 1734, Bode Museum.


Enlaces interesantes

Enlace interesante 'Los mejores desnudos femeninos de la pintura de todos los tiempos'

176 obras de desnudos femeninos en la pintura 

Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado esta recopilación dedicada a los mejores desnudos femeninos de la historia del arte, que si no están todos, si están muchos de los más significativos, al menos de los que yo conozco.

Fuentes y agradecimientos: elpais.com / museodelprado.es / euclides59.wordpress.com / es.wikipedia.org/ pinterest.com / flickr.com / elrincondemisdesvarios.blogspot.com.es


No debemos dejar que la Cultura muera, si muere el Arte, muere nuestra parte humana...

Los actos de hoy, marcarán nuestra era, sino...

¿Qué dejaremos para el que venga mañana?


Fuente

http://www.foroxerbar.com


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