Mi pueblo natal es La Roda de Albacete situado en plena llanura manchega y junto al río Júcar. En este pueblo, influenciado artísticamente entonces por Benjamín Palencia natural del pueblo vecino Barrax, comencé a dibujar en mi infancia participando en los certámenes que anualmente se celebraban en Albacete y La Roda y realizando retratos por encargo. Fue en este pueblo donde recibí mi primer premio a los 14 años.
Después los estudios y el trabajo de profesor y psicólogo me tuvieron apartado durante bastante tiempo de la pintura realizando sólo algunas copias de pintores famosos, aunque sí pude realizar mi otra gran afición, escribir.
Con la jubilación he vuelto a coger el pincel y esta vez de una manera decisiva, dedicándome plenamente a la pintura y a escribir. En los comienzos de esta etapa conté con la apreciable ayuda de mi amigo Antonio Carrilero, ( Natural de La Roda y discípulo de Benjamín Palencia) pintor del alma de La Mancha que me ayudó a realizar mi primera exposición en el año 2000, precisamente en La Roda.
Desde entonces he expuesto mi obra en distintos lugares de la geografía española (La Roda (Albacete),Hellín (Albacete) Albacete, Barcelona, Aranda de Duero (Burgos), Burgos, Tébar (Cuenca), Manzanares (Ciudad Real),Salamanca, La Granja (Segovia), Toledo, Valencia, Valladolid, Las Rozas (Madrid), Majadahonda (Madrid) y numerosas veces en el mismo Madrid. Mi obra podría clasificarse, como la han definido otros: “realismo impresionista”
Aunque no acostumbro a participar en certámenes, dado el carácter vanguardista de la mayoría, lo he hecho alguna vez he recibido premios en Barcelona, Madrid y en Ferrara, Italia y en 2008 he sido seleccionado por la SOCIÉTÉ NATIONALE DES BEAUX ARTS, para la exposición del salón del Carrusel del museo del LOUVRE (Paris) de diciembre. Soy académico asociado de la Academia Internacional. “Greci Marino”, Academia del Verbano, sección de arte de Vercelli. (Italia)
Actualmente resido en Las Rozas de Madrid.
..En esta muestra pictórica Remigio Megías, quien actualmente reside en Las Rozas de Madrid, nos ofrece una serie de paisajes que parecen perderse en un horizonte lejano más allá de los límites que marca el lienzo y la técnica. Un depurado estilo y una exquisita combinación de colores logran persuadir y captar la atención de quien observa sus cuadros, pinceladas que no parecen tales, sino la expresión real de fantásticos paisajes cuya profundidad invita a adivinar e imaginar lo que el cuadro no muestra pero sí deja entrever: la grandeza y extensión de una obra cuya continuidad va más allá de lo que el autor ofrece a simple vista en el lienzo.
Pilar Navarro
La Verdad. (Albacete) Lunes 4 de agosto de 2003.
No hay asunto más complicado que lo simple, aquello cuya apariencia se dibuja sin el afilado tino de unas aristas, sin los ángulos oscuros de una pedante complejidad. No es preciso ser muy hábil con las palabras ni con la imaginación para apreciar que una obra de Remigio Megías García es esto.
Hoy en día todos estamos encerrados de alguna forma en una concha personal para sobrevivir en esta sociedad patatera. Sólo quien concibe el arte como juego de recortables, de puzzles, de azares, como broma macabra que bien no te da de comer pero que agudiza el ingenio y remueve las tripas, puede entender el desarrollo de la obra pictórica de Megías García en su poder de simplificación capaz de engendrar sorpresa, emoción y alegría. Es un artista que ha elegido practicar su creatividad a través de la narración en imágenes con una técnica controlada, muy medida, de dibujo preciso y corta evolución. Usa unos colores muy particulares más una técnica empleada con arreglo a una necesidad.
El silencio es un concepto que se encuentra en la obra de Remigio Megias García, ligado a la idea de vacío. El vacío en este pintor no es la ausencia sino la presencia total, donde en el “silencio primordial” nada enturbia la mirada. No se le puede tratar simplemente de pintor realista. Representa las cosas pero le interesa la luz. Sus bodegones tienen un fondo más metafísico que la realidad de todos los días. Quiere trascender la misma realidad llevándola a un nivel poético. Las obras de este artista están terminadas casi sin mirar esa realidad quedándose con ese impacto que han recibido de la belleza. Lo bello, las cosas bonitas y cotidianas son las que repite en los temas en donde los motivos son los mismos pero con un cariz distinto.
Eduardo Arboleda Ballén. Escritor y crítico de arte.
Remigio Megías El artista quiere reflejar la naturaleza en sí, su luz, la atmósfera, y todo aquello que de objetivo tiene la salida a los campos, ofreciéndonos una serie de paisajes que parecen perderse en un horizonte lejano más allá de los límites que marca el lienzo y la técnica.
No se le puede tratar simplemente de pintor realista, ya que representa las cosas, pero le interesa su luz e intenta trascender esa misma realidad elevándola a un nivel poético de manera que sus obras están terminadas casi sin mirar la realidad quedándose con el impacto que han recibido de la belleza..
Arte Euroamericano. Buenos Aires. Argentina. 200
Antonio Malmo (Italia)
Presentación
Debo decir con mucha sinceridad que la expresividad del artista español Remigio Megías García, es rica en delicadeza, de creatividad y de poesía. No hay duda que posee una extrema sensibilidad hacia todas las Criaturas del Universo..
Recuerdos de su tierra
La espontaneidad y la genuinidad de los acentos poéticos que filtra a través de las calientes atmósferas de sus obras, son ciertamente calidades peculiares de su pintura donde asoman lejanos recuerdos de su tierra y de las agradables llamadas a la realidad de cada día, a la simplicidad de su manera de vivir en el encanto del maravilloso espectáculo del paisaje que siempre lo encanta.
Estilo
Me parece oportuno subrayar que sería muy reductivo y simplista, a mi manera de ver, inscribir la pintura de Remigio Megías en la corriente realista, ya que Remigio Megías García ilumina sus obras de particulares juegos de luces, de sombras y de veladas transparencias, y, entre otras cosas, sus composiciones superan los límites de una simple reproducción de belleza naturales y ambientales para hacerse, convertirse en libres interpretaciones de una realidad que produce en el espíritu un continuo escalofrío de felicidad que llena la vida de poesía. Podemos notar que, en realidad, las formas se construyen, en sus composiciones, con impresionistas vibraciones generadas por la aireada disposición de las masas cromáticas, bien ritmadas en la elección y en los contrastes en atmósferas llenas de luminosidad, recreadas con inmediatez por pinceladas ágiles y seguras. Una pintura, aquella de Remigio Megías García, que trae, saca de la Naturaleza, del paisaje, aquellas esencias vitales que inefablemente se imprimen en el mágico fluir de los colores con poética armonía.
De todo eso se deriva, pues, el sentido de un paisaje vibrante y rico, en su capacidad evocadora, de atmósferas particulares. R.M.G. modula con equilibrio con impresionísticas vibraciones las formas, las luces y las particularidades del color uniendo en ello los estados del espíritu y sentimientos en armónica síntesis.
Libertad y espiritualidad
El artista posee una envidiable libertad expresiva y por este motivo consigue sublimar sus dulces emociones y sus delicadas sensaciones, probadas en el instante de la inspiración y las llamadas continuas a nuestra realidad que se mueve muy velozmente con ritmos frenéticos, ciertamente no a medida humana, entre la multitud de contradicciones que el artista descubre en su experiencia de vida de cada día. Podemos notar que las masas cromáticas bajo su empuje psicológico se difunden, se dilatan libres, ligeras suave y dulcemente y crean atmósferas ricas de latidos y de pulsaciones espirituales secretas misteriosas. A mi manera de ver, es muy importante reconocer que Remigio Megías García no tiene esquemas prefijados para obtener sus maravillosos efectos luminosos, mas ciertamente podemos admirar todo eso en su pintura gracias a su espiritualidad y a su personalidad artística.
Originalidad
Puedo tranquilamente afirmar que nuestro artista ha estudiado y profundizado el arte del pasado y todo el siglo XX que ya hemos dejado atrás de nosotros, más debo añadir que ha brillantemente superado este “vínculo, hilo de oro” ya que ha enriquecido su pintura de símbolos, códigos y signos muy particulares y personales y ha dado a la obra una huella original, su huella, que distingue cada una de sus composiciones en la profundidad de su identidad.
Novedad y frescura
A veces parece que la obra se mueve en una escena en la cual las luces y las sombras se intercambian y las tonalidades calientes pastosas, luminosas y solares parecen espolear, incitar al hombre contemporáneo a buscar y escrutar por dentro para poner en evidencia la parte mejor.
Debemos subrayar que por su sensibilidad extrema y por su experiencia moral, Remigio Megías García, rehuye, evita, rechaza cada posible compromiso y por esta razón consigue lograr en cada composición la esencia de nuestras energías expresivas y descubre nuevas variadas y diferentes posibilidades estilísticas de genuina frescura.
Espiritualidad
La imagen pintada por el artista es estructurada según una matriz que nos la muestra en un itinerario preñado por símbolos y estados del espíritu
La variedad de los temas que caracteriza y distingue su pintura abre una ventana que permite un acceso discreto y reservado a su alma: en realidad en sus obras, encontramos todo cuanto por ello es esencial y insustituible.
El artista parece obedecer a una música dulce, suave que se difunde, que se propaga alrededor de sí en el instante de la inspiración y consigue transmitirla en las atmósferas pintadas, sugeridas, evocadas más que descritas
Como podemos notar, todo eso representa un concepto poético de una naturaleza incontaminada que todos querríamos tener.
Entre otras cosas, sus representaciones evocan significativos y agradables momentos de vida, descritos con extrema simplicidad y naturalidad, tanto que en una sugestiva articulación de formas y colores se funden realidad y poesía.
Delante de sus composiciones el espíritu del espectador se llena de alegría y de confianza hacia los valores esenciales de la vida que brotan del calor y el valor de sus artísticos paisajes, mensajes de amor y de tanta paz.
Técnica
· Color
Debemos reconocer que el artista posee un excelente conocimiento de la escala cromática y por esta razón el amalgama de colores es perfecto. Una delicada serenidad en los colores, una auténtica limpieza pictórica, con un ligero dibujo, basado, fundado en un estudio profundo de las cosas bellas que realiza con gusto y con gran profesionalidad y con un sabio cromatismo nos da la medida de su arte.
· Pincelada
Sus obras están obtenidas con pinceladas ligeras, como toques de pincel que desmenuzan el color dando ocasión a la luz de reflejarse, de envolver, de arrollar todo el contexto de la obra en un centelleo iridiscente de destellos luminosos
· Perspectiva
Muy válida resulta la aplicación de las leyes de la perspectiva y lo podemos ver sobre todo en las obras de ambientes más amplios y de grandes dimensiones.
No pienso de ser desmentido cuando afirmo que R.M.G. es artista de notable talento, de envidiable espiritualidad, dotado de extraordinarias capacidades técnicas y prácticas.
Antonio Malmo. Critico de arte. Nápoles. Italia
“Remigio Megías es un artista madrileño que nos lleva, a través de sus óleos y acuarelas, a conocer los mejores paisajes de España con un enfoque de color y calma que sabe transmitir al espectador con singular estilo: simple y locuaz.
Capta luces y sombras con delicadeza, sin estridencias, logrando un equilibrio suave y cautivador.
Megías nos muestra su visión personal de cada rincón elegido de la geografía urbana o rural.. También en los bodegones deja una impronta de sus imágenes cotidianas. Las que lo envuelven y lo acompañan cada día.
Su paleta sintetiza sobre el lienzo delicadeza y paz.”
Susana D´Momo..Arte Euroamericano. Buenos Aires (Argentina)
Su especial sensibilidad para captar la luz, y su perfecta comunión con los colores, que parecen haber sido inventados por el artista ex profeso para brindar a la obra un toque tan vivo y natural que solo se encuentra en la naturaleza más bella y hace imposible pensar que provengan de una paleta, son algunas de las claves de la genialidad de la obra de Megías.
Observar un cuadro de este artista rodense no es contemplar un hermoso paisaje, sino desear perderse en ese lugar que invita a ser descubierto más allá de lo que el lienzo permite.
Para Remigio Megías el arte «debe comunicar algo que está más allá de lo materialmente representado, debe trascender incluso la belleza de la realidad o de una composición de líneas, de formas o de color. Por eso, al pintar parto de las cosas que me rodean: la naturaleza, los pueblos o ciudades, las cosas que conviven con nosotros... aunque no me quedo en ellas, no busco una mera reproducción de la realidad, pues quiero trascenderla comunicando lo que esta realidad me dice, me inspira; la impresión que me produce. En el paisaje el cielo y la luz se convierten en el eje en torno al cual busco el todo del cuadro».
Remigio Megías, natural de La Roda, se inició en el dibujo y en la pintura desde la infancia, mostrando sus cuadros en exposiciones de Albacete y La Roda, donde recibió su primer premio a los catorce años. Posteriormente, obligado por los estudios y el trabajo, esta actividad quedará relegada hasta que recientemente la reanudó de forma autodidacta
Pilar Navarro. La Verdad. Albacete. Mayo 2006
Me gusta estudiar a mis pintores preferidos y copiar algunas de sus obras como homenaje y como ejercicio de dibujo y de técnica.
Las Hilanderas. Copia de Velázquez
El aguador de Sevilla. Copia de Velázquez
La encajera de bolillos. Copia de Vermeer
La lechera. Copia de Vermeet
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